Efecto del falso consenso

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* Información sobre el efecto de falso consenso en Wikipedia ES: Efecto del falso consenso


Referencias encontradas en la bibliografía

  • Encarnación Nouvilas Pallejà escribe respecto al efecto de falso consenso en el contexto de la atribución: «La información de consenso no solamente se infrautiliza, sino que también la distorsiona el observador en el sentido de cómo cree que piensan y actúan las otras personas cuando se produce una situación determinada. El sesgo del falso consenso describe la tendencia de las personas a considerar que su forma de actuar es la general en una determinada situación, y que las otras personas reaccionarán de la misma manera en la misma circunstancia.
    Como ejemplo de este sesgo suele aludirse al experimento de Ros, Creen y House (1977)<ref>Ross, L., Greene, D., & House, P. (1977). The «false consensus effect»: An egocentric bias in social perception and attribution processes. Journal of Experimental Social Psychology, 13(3), 279-301. https://doi.org/10.1016/0022-1031(77)90049-X. Puedes descargarte aquí el artículo original en pdf: Archivo:4705-Ross-et-al-False-Consensus-Effect.pdf</ref>, en el que el experimentador proponía a una serie de estudiantes pasear por el campus universitario con una pancarta anunciando un restaurante de la zona. Observaron que los que habían aceptado la proposicióin del investigador pensaban que la mayoría de los estudiantes lo habían hecho también (62%). Lo mismo ocurría con los que la habían rechazado: tendían a creer que la mayoría de los universitarios del grupo habían tomado la misma opción (67%).
    Se han planteado distintas explicaciones de este efecto (Fiske y Taylor, 1984<ref>La cita hace referencia a la primera edición de la publicación: Fiske, S. T., & Taylor, S. E. (1984). Social cognition. Reading (1.ª ed.). MA: Addison-Wesley. No obstante, existe una nueva edición de este libro, que es la siguiente: Fiske, S. T., & Taylor, S. E. (2013). Social Cognition: From Brains to Culture. SAGE. ISBN: 978-1-4462-6394-5), URL: https://uk.sagepub.com/en-gb/eur/social-cognition/book239520</ref>; Fosterling, 2001<ref>Försterling, F. (2001). Attribution: An Introduction to Theories, Research, and Applications. Psychology Press.

Es posible echar un vistazo al libro aquí: https://goo.gl/qPgS8u</ref>). Una de las más frecuentemente expuestas es la que alude al contacto selectivo, que señala que las personas tienden a buscar a otras personas que se les parecen. De esta forma, se juzgaría el comportamiento de los demás basándose en una pequeña muestra de personas con las que se está en contacto, muy similares al perceptor. Por otro lado, también puede considerarse una manera de solucionar la ambigüedad de una situación o de responder cognitivamente ante ella. En este sentido, si en una determinada situación se opta por actuar en una dirección concreta, podemos pensar que es la obvia, y a partir de ahí creer que las demás personas probablemente se comportarían de la misma manera. También es posible que esté interviniendo un mecanismo de defensa de la autoestima, por la necesidad de pensar que las creencias propias son las correctas, de manera que se atribuyen también a los otros para defender la imagen positiva de uno mismo.» <ref>En capítulo «Procesos de atribución», Encarnación Nouvilas Pallejà, en «Introducción a la psicología social», 1ª Edición, Sanz y Torres, Madrid, 2009, pág. 144</ref>.

  • Se considera que se produce este efecto cuando las personas creen que sus opiniones son las que asume la mayoría y que, en igualdad de condiciones, los demás se comportarían del mismo modo (Ross, 1977)<ref>Ross, L. (1977). Thee intuitive psychologist and his shortcomings: Distortions in theattributlon process. En L. Berkowitz (Ed.), Advances in experimental Social Psychology (Vol. 10, pp. 173-220). Nueva York: Academic Press, http://dx.doi.org/10.1016/S0065-2601(08)60357-3</ref>. Esta tendencia puede deberse a que la gente acostumbra a rodearse de otros que son similares más que de personas diferentes, lo que hace que tenga una visión sesgada de las actitudes y conductas de los demás. Por ejemplo, una persona fumadora que esté en contra de la ley que prohíbe fumar en lugares públicos, con frecuencia se verá rodeada de gente que, como ella, tiene que salir a fumar a la calle y con la que compartiría su opinión en contra de la prohibición. Otra explicadón factible de este efecto alude a procesos motivacionales de mantenimlento de la autoestima, ya que exagerar el consenso nos sirve para creer que nuestras opiniones y comportamientos son los adecuados, puesto que la mayoría los comparte. Una tercera posibilidad es que fijamos más la atención en las opiniones y acciones que coinciden con las nuestras y las recordamos mejor, lo que provoca que se tenga una visión exagerada del consenso (Fiske y Taylor, 1991<ref>Fiske, S. T. y Taylor, S. E. (1991). Social cognition (2ª ed). Nueva York: McGraw-Hill.</ref>; Marks y Miller, 1987<ref>Marks, G. y Miller, N. (1987). Ten years of research on the false-consensus effect. An empirical and theoretical review. Psychofogical Bulletin, 102, 72-90. http://psycnet.apa.org/doi/10.1037/0033-2909.102.1.72).</ref>.»<ref>Mercedes López Sáez, Elena Gaviria Stewart y José Francisco Morales Domínguez en capítulo «Percepción social y atribución», en «Introducción a la psicología social», 2ª Edición, Sanz y Torres, Madrid, 2013, pág. 150</ref>.
  • Gaviria y Silván comentan en el marco de la cognición social: «Además, muchos de los contenidos y estructuras cognitivas utilizados con mayor facilidad a la hora de hacer inferencias son aquellos relacionados con nuestro yo o identidad. Por ejemplo, el denominado efecto del falso consenso, que consiste en creer que la propia conducta es la normal en una determinada situación y que los demás actuarían igual que uno mismo [..], se ha explicado por el heurístico de disponibilidad. En concreto, dado que solemos interactuar y relacionarnos más con personas que comparten nuestras creencias y valores, y que suelen comportarse como nosotros, esta exposición selectiva hará que tales ejemplos estén más accesibles y su frecuencia tenderá a ser sobreestimada (Fiske y Taylor, 2013)<ref>Fiske, S. T., & Taylor, S. E. (2013). Social Cognition: From Brains to Culture. SAGE. ISBN: 978-1-4462-6394-5), URL: https://uk.sagepub.com/en-gb/eur/social-cognition/book239520</ref>.»<ref>Elena Gaviria Stewart y Mª del Prado Silván Ferrero en capítulo «Cognición social», en «Introducción a la psicología social», 2ª Edición, Sanz y Torres, Madrid, 2013, pág. 90</ref>

Notas

<references/>

Fuentes de información complementaria




¡ATENCIÓN! Artículo en construcción (aabrilru, 27DIC16)